Facultad de Arquitectura Universidad del Desarrollo • Editorial Stoq, Santiago de Chile
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Berlín es pobre, pero sexy
“Berlin ist arm, aber sexy”
Klaus Wowereit, alcalde de Berlín 2001-2014*
Camino desde el distrito de Kreuzberg rumbo a Friedrichshain en dirección Este por el Oberbaumbrücke*, que se estira con su color rojo ladrillo sobre el río Spree, puente que soporta y conecta las ex mitades de la ciudad en todos los niveles de flujo posible: trafico vehicular, ciclovías, peatones y montada sobre la arcada techada del puente, la linea U1: la primera linea de metro de la ciudad abierta en 1902, que exhibe en ambos sentidos los característicos trenes amarillos de la BVG*. La fauna humana en este distrito es inmensa, un grupo de personas baila al ritmo de la música callejera. Un duo, un dj y una saxofonista tocan en uno de los escenarios callejeros más codiciados de la zona, la salida del la estación del U-Bahn Wahrschauer Straße, donde generalmente hay una fila de artistas esperando su turno. No estoy seguro si las personas que bailan coloridas y un poco harapientas son algunos mendigos borrachos que viven en la estación o simplemente son hípsters descalzos. Es una pregunta frecuente, hasta dónde llega el limite: es moda o es marginalidad, es elección o necesidad, es privilegio o precariedad. Estos conceptos opuestos, muchas veces no son tan claros y se mezclan en una ciudad que se caracteriza por su multiplicidad de submundos y su poca vergüenza.
“Berlin es pobre, pero sexy”, dijo el año 2003 en una entrevista, el entonces alcalde de Berlín Klaus Wowereit (periodo 2001-2014). Esta frase que se transformó en slogan e impulsó el florecimiento de la ciudad en los años 00´, que a pesar de su alto desempleo, tenía una vibrante escena cultural y bajos costos de vida para una capital europea, lo que ayudó a publicitar la ciudad como un destino no solo para turistas, si no que para artistas, emprendedores e inversionistas.
La dualidad de la ciudad hace que muchas veces no parezca una capital del primer mundo, no tiene pompa ni genera dinero, es bastante sucia y tampoco es la ciudad ejemplar de Alemania. Es usual escuchar la frase “Berlín no es Alemania” o “Alemania trabaja para mantener a Berlín”. La ciudad es variopinta y ahí radica su magnetismo, está compuesta por una superposición de capas que son visibles de acuerdo a nuestra capacidad de investigarla. Más allá de sus famosas avenidas y monumentos, hay también diversos puntos de interés como la enorme escena de clubes y bares, centros para veranear en los más de 40 lagos que pertenecen a la ciudad, la extensa oferta gastronómica o los numerosos mercados de las pulgas. La enorme variedad de centros es proporcional a cada distrito, que son un mundo en sí mismos. Tan diversos como sentirse en medio de Estambul cuando se camina por la Sonnenallee en Berlin-Neukölln, en un barrio parisino en el gentrificado Berlin-Prenzlauer Berg o en la mitad del campo con enormes villas al borde del lago en Berlin-Zehlendorf.
La ciudad asume múltiples personalidades, barrios con identidades marcadas y una fuerte cultura local. La vida de vecindario incluye proyectos sociales de integración, de reciclaje, de reutilización y una fuerte cultura de la donación. La ciudad nunca se ha caracterizado por ser una ciudad rica, pero ¿qué significa que una ciudad sea rica?, si cuando buscamos, encontramos todo lo que necesitamos. Muy abierta e inclusiva, pero no hay que olvidar que Berlín también te puede golpear por la espalda, verte caer y dejarte tirado si te encuentra mal parado. Esta ciudad, emblema de libertades y refugio vanguardias, de aventureros, de abandonados, lugar para incomprendidos y marginados, sigue siendo el punto de encuentro para quienes vienen buscando algo y todavía no saben qué es.
*Entrevista a Klaus Wowereit, alcalde de Berlín. Revista Focus Money. Noviembre 2003.
*Oberbaumbrücke: puente emblema de la ciudad que conecta Berlín del este con Berlín oeste.
* BVG: es la abreviación del Berliner Verkehrsbetriebe o sistema de transporte público berlinés.
Estás loco hijo, debes ir a Berlín
“Du bist verrückt mein Kind, du mußt nach Berlin.”
Franz von Suppé, compositor austrohúngaro.
La ciudad la hacen sus habitantes y la personalidad de sus habitantes es forjada por la ciudad que habitan. Es una relación simbiótica que dado el historial de Berlín resulta bastante compleja. Para que el berlinés haya llegado a ser quien es, no debemos olvidar la enorme cantidad de sucesos históricos tremendamente relevantes que ocurrieron en esta ciudad y que han dado forma a su personalidad. Sin contar los aproximadamente ocho siglos de existencia la ciudad, tan solo en el siglo XX, el berlinés ha vivido la I Guerra Mundial, un auge artístico y un liberalismo sin precedentes en los años 20´; la II Guerra Mundial, ser capital del imperio nazi y ser arrasada en un 80% por bombardeos aliados. Posteriormente tener dos sistemas políticos, financieros y monetarios en medio de una reconstrucción interminable, ser la capital de la guerra fría, ser el símbolo mundial de la derrota del socialismo y ejemplo de la reactivación de un país socialdemócrata que se transformó en el corazón y pieza central de la Union Europea.
¿Pero quién es el berlinés? Los actores sociales que componen la ciudad se podrían dividir en tres grupos. El habitante histórico, el turista y un tercer grupo que pulula entre los dos primeros grupos, podría ser un habitante pasajero o un turista de largo aliento. El habitante histórico de Berlín tiene una característica distintiva: es de humor seco y muchas veces malentendido como mala educado; dice lo que piensa sin mucha cortesía, pero después las primeras palabras, es bastante conversador y bromista, llamado informalmente como Berliner Schnauze o “hocico berlinés”. Lo encontramos balanceando una cerveza entre los dedos a la hora del Feierabend*, después del trabajo, podría ser nuestro panadero o jardinero, el recogedor de basura, el conductor del bus, el profesor de la escuela, el funcionario, el ingeniero, el feriante, el trabajador de la ciudad. En cambio el turista que visita Berlín, puede tener diversos motivos y dependiendo de ellos, encuentra una ciudad para satisfacerlos. Hay turismo histórico y de guerra, turismo de fiesta y turismo sexual (o su combinación en los famosos clubes fetish o swinger), turismo gastronómico o turismo arquitectónico, turismo de arte y por su puesto su enorme cantidad de museos. Son tantos los tipos de turista como la oferta que la ciudad puede ofrecer.
“Du bist verrückt mein Kind, du mußt nach Berlin. Wo die Verrückten sind, da jehörste hin” (estas loco hijo, tu debes ir a Berlín. Donde están los locos ahí tu perteneces)* es una frase clásica de fines del siglo XIX que resume la fama de la ciudad, que ya desde aquel tiempo funcionaba como capital multicultural, el encuentro entre Europa oriental y occidental. El desenfreno, las vanguardias y los excesos; lugar de intelectuales y artistas, que a pesar de todo lo que ocurrió posteriormente, mantuvo y mantiene dicha fama. Es por eso que existe un tipo de tercer habitante. Es un personaje que muchas veces viene a vivir la ciudad sin tener un objetivo claro, se mueve en círculos sociales acotados, no se integra a la sociedad local, no ha aprendido ni quiere aprender el idioma y prácticamente se reúne sólo con sus coterráneos. Provienen de todas partes del mundo y llegan hablando en inglés, ocupan plazas de trabajos que no requieren hablar alemán. Muchas veces son inmigrantes con visa de working holiday que permanecen uno o dos años, otras veces son artistas en residencia, músicos, estudiantes con becas o simplemente personas que tienen como objetivo una incógnita que la ciudad se encargará de mostrarles.
*Operetta Fatinitza, 1879, de Franz von Suppé, compositor austrohúngaro.
*Feierabend: hora de salir del trabajo
Ciudad dividida, cultura duplicada
“Berlin es la más grandiosa extravagancia cultural que uno podría imaginar”
David Bowie
Alemania estuvo dividida en dos países, así como Berlin. Pero la Unión Soviética fue quien ocupó la ciudad en el fin de la Segunda Guerra Mundial y por lo tanto tenían la ventaja a la hora de negociar cómo se dividiría la capital y sus distritos. Fue así como la República Democrática Alemana (RDA) se quedó con el centro histórico de la ciudad, el distrito de Berlin-Mitte (entre otros) el cual albergaba los servicios y monumentos más importantes y simbólicos. De esa manera, Berlin Oeste, una isla perteneciente a la República Federal Alemana (RFA) en territorio de la RDA se quedó prácticamente sin servicios. Pero como RFA fue creciendo económicamente y recibiendo inversión extranjera, no tardaron en comenzar a construir y desarrollar en Berlin Oeste los servicios que se habían quedado al otro lado del Muro, que en paralelo fueron reconstruidos y también muchos de ellos renovados en Berlin Este, dejando así un importantísimo testimonio de una época y de la propia Guerra Fría a través de la arquitectura de la ciudad.
Es por eso que Berlin reunificada es una ciudad que tiene muchísimos edificios, instituciones y servicios duplicados. La ciudad cuenta con dos sala de congresos, la Kongresshalle en el Tiergarten parte del Haus der Kulturen der Welt (Casa de las culturas del mundo) y la Kongresshalle de Alexanderplatz construida en conjunto con el emblemático edificio Haus des Lehrers (Colegio de profesores) regalando en sus fachadas hermosos mosaicos que muestran los ideales socialistas. El teatro Volksbühne (Teatro del pueblo) en la Plaza Rosa Luxemburgo y el Freie Volksbühne (Teatro libre del pueblo). El boulevard exclusivo de Berlin Este en la Avenida Karl Marx y la avenida Kurfürstendamm con elegantes boutiques y negocios. La Deutsche Oper (Opera alemana) en el Oeste y la Staatsoper (Opera estatal) en el Este. La Alte Nationalgalerie (Antigua galería nacional) y la Neue Nationalgallerie (Nueva galería nacional), emblemático edificio de Mies van der Rohe de 1968. El Konzerthaus en el Este y la Berliner Philharmonie de Hans Scharoun en el Oeste. Incluso a falta de la Humboldt Universität que quedó en el centro de Berlin-Mitte, se construye la Freie Universität Berlin (Universidad libre de Berlin) en territorio de la RFA
Después de la caída del muro y la reunificación, la oferta cultural en Berlin se duplicó, así también aumentó la enorme cantidad de museos que existen en la ciudad y se siguieron desarrollando proyectos a nivel distrital como por ejemplo el FHXB Friedrichshain-Kreuzberg Museum que muestra el crecimiento, cambio y desarrollo de esta emblemática comuna en la historia, hasta iniciativas a nivel nacional como el famoso Jüdisches Museum (Museo judío), famoso proyecto de Daniel Liebeskind. La cantidad de museos que se encuentran en la capital alemana son al rededor de 170 con una gama de temas tan amplia como el Currywurst Museum (Museo de la salchicha con curry, típica comida rápida berlinesa), el Computerspielemuseum (Museo de los video juegos), el German Spy Museum (Museo del espionaje alemán), el Hamburger Bahnhof que es el museo de arte contemporáneo, el enorme Museum für Naturkunde (Museo de historia natural) DDR Museum (Museo de la RDA) o el Technisches Museum, el museo donde se puede aprender sobre todos los avances tecnológicos desarrollados en la historia de Alemania, desde la imprenta a nuevas tecnologías de producción energética.
Una ciudad con una oferta cultural bullante y una cultura informal complementaria enorme, como la escena de clubes, mercados de antigüedades, galerías al aire libre y arte callejero, acciones artísticas en el espacio público, que hace de Berlin un lugar donde hay que elegir el ángulo de como y qué se quiere conocer sobre este peculiar testigo de la historia y de la guerra de ideologías políticas en el siglo XX.
*Ashraf, A. (2016, December 13). Famous Quotes About Berlin: From Bowie To Kennedy To Marlene Dietrich.